Pocas veces un blog ha tenido un nombre tan adecuado. Desastre diario, ni más ni menos. Puro estilo. Con este artículo haré sentir vergüenza a su autor, pero me da igual, en eso consiste. Que pase un mal rato, pero que le conozcan.
Miguel Ángel Chica García, periodista, 26 años. Míguel, con acento en la i para los muy amigos. Jienense orgulloso, inteligente, tímido, caótico, madridista y poeta. Vive del aire que respira, del whisky que bebe y del tabaco que fuma.
Y escribe, escribe muy bien. Hasta ahora, tenía la mala costumbre de no compartirlo. Ahora, quiero sentir que tengo cierta responsabilidad en que haya decidido dejarnos leer las letras que salen de su cabeza.
Empieza así:
Desastre nº 1
Y bueno. Que la cosa no anda bien ya nadie lo niega. Pero, ¿podría ser peor? Sí. La existencia de este blog es la prueba de ello. Es probable que todo quede en nada, y que nadie lea estas líneas más allá del autor de las mismas. También es posible que el engendro salga a la luz. No me gustan las presentaciones. No pienso hacer una declaración de intenciones. No quiero empezar a mentir tan pronto. Aquí se escribirá. Y eso es todo.
No prometo nada.
Pues no promete nada, pero nos dará mucho. No puedo hacer otra cosa que recomendároslo a todos. Os va a gustar. Y si no, me responsabilizo. Para algo es un amigo. Ánimo, Míguel. Y no me retires la palabra.