Los periodistas hemos interiorizado la máxima que defiende que nunca nos podemos convertir en el centro de la noticia. Nuestro trabajo debe ser discreto, para que la información y los verdaderos protagonistas de aquello que contamos tengan el espacio que merecen.
Salvo algunos casos de reporteros ‘estrella’, que también los hay, los periodistas disfrutamos con nuestra profesión y estamos acostumbrados a vivir en un segundo plano. No buscamos una recompensa, -al menos, no económica-, y afrontamos nuestro trabajo con una mezcla de vocación y compromiso social que no se reconoce habitualmente.
Nuestras condiciones laborales son malas, nuestros horarios son malos, nuestra credibilidad no pasa por buenos momentos. Los periodistas convivimos con la precariedad mientras soportamos unos niveles de exigencia y una presión social que no se corresponde con la realidad.
Mañana será San Francisco de Sales, patrón de los periodistas, pero tenemos poco que celebrar en el sector. Los tópicos y típicos titulares de «año negro para la profesión» se quedan cortos en este caso. A la crisis económica sumamos una crisis de valores y una reconversión tecnológica pendiente, lo que nos deja al borde del abismo.
Quizá no sea el momento más propicio para hacer autocrítica, en un mundo en el que la competencia es feroz y el corporativismo no se practica. Habrá tiempo para fustigarnos y para recrearnos en nuestros propios errores. Hoy lo que toca, lo que pretendo hacer, es un ejercicio de activismo.
Los periodistas debemos recuperar nuestro espacio. Debemos levantar la voz y sacar a la luz nuestros problemas. Sin caer en el ombliguismo, tenemos la obligación de defender la libertad de expresión y el derecho a la información como bienes imprescindibles para la democracia.
Vivo y trabajo en Cantabria. En los últimos meses se han celebrado elecciones autonómicas, locales y generales. Varios colectivos profesionales y asociaciones sectoriales han renovado sus directivas. En estos momentos está en marcha un proceso electoral en la Universidad de Cantabria y otro en la patronal cántabra.
Generalmente, somos nosotros los encargados de informar sobre estas convocatorias. Sin embargo, un mes después de que los periodistas de Cantabria acudiéramos a las urnas, seguimos sin conocer los resultados oficiales y la proclamación de la nueva Junta Directiva de la Asociación de la Prensa elegida en las urnas sigue sin producirse.
El poco prestigio profesional que teníamos se nos escapa entre los dedos, mientras que el cierre de medios de comunicación, los despidos y las reducciones de salario siguen su curso. Nadie levanta la voz. Nadie nos representa. Nadie nos defiende. Estamos haciendo el ridículo.
En un momento en el que necesitamos una Asociación de la Prensa de Cantabria fuerte y cohesionada, estamos dando un ejemplo de lo que no se debe hacer. Enfrentamiento, confusión y un sentimiento de inseguridad absoluto, en vez de sentar las bases de lo que tiene que ser el futuro. Tenemos espejos en los que mirarnos.
Mientras recuperamos la normalidad, el sentido común y la seriedad, hago mío el manifiesto que ha dado a conocer hoy la Asociación de la Prensa de Madrid.
Declaración de la Asociación de la Prensa de Madrid por un trabajo digno #gratisnotrabajo
La Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid
Expone
QUE ha recibido numerosas quejas y denuncias sobre la existencia de ofertas de trabajo humillantes e indignas para periodistas.
QUE empresarios sin escrúpulos se permiten ofrecer a periodistas titulados el “pago” de 0,75 euros por una noticia de 800 caracteres o el de 2,50 euros por artículos de no menos de 250 palabras cada uno.
QUE mucho más humillante es la oferta que, en nombre de “un nuevo periódico nacional de tirada semanal», invitaba a periodistas licenciados a “incorporarse en régimen de colaborador y voluntario (sin retribución)”, en un proyecto de “máximo compromiso social y excelencia en la comunicación”.
QUE también tenemos denuncias sobre medios de comunicación consolidados, dirigidos por periodistas, que están promoviendo empleo sin salarios y becas sin remuneración.
QUE, en el colmo del despropósito, aparecen empresas que pretenden cobrar al periodista por trabajar en ellas, en lugar de pagarle.
QUE todas estas ofertas revelan la existencia de una preocupante e intolerable consideración social, laboral y salarial de los periodistas como mano de obra barata.
QUE los editores de medios de comunicación tienen que asumir su responsabilidad y frenar con la máxima urgencia esta situación de máxima precariedad, a la que no es ajena la oleada de despidos que soportamos. Esta responsabilidad se extiende al desamparo que sufren los colaboradores y “free lance” ante las durísimas condiciones de trabajo que les imponen, agravadas con impagos que se prolongan durante meses.
QUE unos periodistas mal pagados, y más si no perciben salario alguno, difícilmente podrán resistir las presiones de los poderes para mantener su independencia, que es precisamente el principal problema que sufren, según el reciente Informe de la Profesión Periodística.
QUE somos conscientes de que esta es una crisis muy dura, ya que se combinan la económica y la de modelo periodístico, pero alertamos de que su gravedad no debe impedir que reivindiquemos un derecho tan fundamental como es el de percibir un salario digno, como la Constitución reconoce a todos los españoles.
QUE se nos hace muy difícil admitir que quien ha creado, o quiera crear, un espacio de libertad como es un medio de comunicación, se atreva a plantear una oferta de trabajo sin salario, aprovechándose del alto número de parados que hay en nuestro sector, sobre todo entre los jóvenes.
Insta
Al Gobierno y a los partidos políticos a que cumplan su obligación de garantizar la libertad de prensa, una libertad que se desmorona, con consecuencias funestas para la democracia, si se toleran sistemas de trabajo que consisten en explotar a los periodistas sin salarios, es decir, en régimen de esclavitud.
Al Ministerio de Empleo y Seguridad Social a abrir inspecciones inmediatas a los medios y empresas que promueven las prácticas antes enunciadas y sanciones a todas aquellas empresas que incumplen las ordenanzas laborales en materia de empleo.
A los editores a respetar los derechos de los periodistas, en el entendimiento de que los medios no pueden sobrevivir si desprecian la profesionalidad de este colectivo con salarios indignos.
La Asociación de la Prensa de Madrid no está dispuesta a tolerar que los periodistas trabajen gratis y, quien quiera imponer este criterios en las redacciones, tiene que saber que esta asociación usará todos los medios legales a su alcance para que tales prácticas sean investigadas y, si procede, sancionadas.
#gratisnotrabajo