Cuando leo las crónicas que los corresponsales españoles mandan desde Túnez, Egipto, Irán, China, Libia, o Japón, más recientemente, entiendo el nivel del Periodismo en España: Los buenos están fuera. Los malos nos quedamos aquí, muriéndonos de envidia.
En varias ocasiones he escrito sobre Enric González o sobre Gervasio Sánchez, dos referentes. Es imperdonable que a estas alturas no lo haya hecho de Manu Leguineche, el padre de todos los corresponsables españoles, o de Ryszard Kapuściński, el gurú del periodismo de trinchera.
Pensando en todo esto me he acordado de un libro que se titula ‘Seguiremos informando‘, y que tal y como explica en el inicio, recopila a lo largo de sus páginas, historias, crónicas o reportajes elaborados por periodistas apasionados con lo que hacen, enamorados de su profesión, poniendo todos sus sentidos y absorbiendo cada instante, por muy crudo y peligroso que sea, para trasladárselo a lectores, oyentes o telespectadores.
Dicen con acierto que estos profesionales del medio tienen en común el haber sido ganadores del Premio de Periodismo en memoria de Cirilo Rodríguez, y sobre todo, que aunque quizá no estén todos, la representación es extraordinaria, y con la idea común de que con el trabajo que han elegido están defendiendo la esencia del Periodismo.
Además de alguno de los mencionados, en este libro se pueden leer textos magníficos escritos por Rosa María Calaf, Evaristo Canete, Fernando Jaúregui, Ander Landaburu, Enrique Meneses, Arturo Pérez-Reverte, Javier del Pino o Fran Sevilla.
Para tenerlo en la mesita y repasarlo cada poco tiempo.
Lo mejor de todo: Que sigan informando.