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En la imagen, de izquierda a derecha, Pedro Piqueras, director de Informativos Telecinco; Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco; Juan Pedro Valentín, director de Informativos en Cuatro, y Chema Bautista, director general de la nueva plataforma.

La integración está a punto un año después de que Mediaset comprara la cadena de Prisa.

A partir de la próxima semana, las dos cadenas, Cuatro y Telecinco, compartirán redacción, coordinación y estudio para sus Servicios Informativos.

Después de un ERE que ha acabado con el despido de 89 trabajadores, damos un paso más hacia la pluralidad, la independencia, el rigor, la autonomía y la televisión de calidad.

¡Viva España! O no.

Cada día me interesa menos la televisión. Desde hace algún tiempo, prescindo de ella como medio de información. Las cadenas generalistas han convertido sus respectivos espacios informativos en un «contenedor» de noticias, en el más amplio sentido de la expresión.

Sucesos, anécdotas, imágenes curiosas y mucho impacto. Poco análisis, pocos datos y poca reflexión. Unos informativos de quita y pon, intercambiables entre las cadenas. Porque esa es otra. La línea editoral ha desaparecido prácticamente, solo interesa la línea empresarial, los negocios. Prima la audiencia, la rentabilidad publicitaria.

La llegada de la TDT no ha aportado gran cosa. En España hemos pasado en veinte años de dos canales en abierto a más de treinta sin que se note en la calidad. Casi podríamos decir que se ha notado para mal: Más competencia, menos ingresos, menor inversión, ínfima calidad. Una ecuación que se cumple en el panorama televisivo.

En el ámbito de la información, que es el que me preocupa, la parrilla nos ofrece en estos momentos gran variedad de tertulias incendiarias, medios de ultraderecha y debates partidistas: Intereconomía es la pionera y destaca entre el resto, pero ahí tenemos a Veo TV ocupando su lugar, y, ahora, La 10 (Grupo Vocento)  y La 13 (Conferencia Episcopal).

A todos los problemas que ya existían, se ha unido la crisis. Un sector sobredimensonado como es el de la televisión se ha visto acuciado por las deudas. Las fusiones se han hecho imprescindibles, porque ya sabéis eso de que cuanto más debes, más poderoso eres. Más miedo te tienen. Y el agujero de las cadenas es gordo.

Los acuerdos empresariales que se han producido en los últimos meses han sido sorprendentes. Extraños compañeros de cama, que han pasado de tirarse los trastos a la cabeza a compartir mesa y mantel… Y es que ya se sabe: El negocio es el negocio.

Quizá una de las fusiones más sorprendentes ha sido la de Cuatro y Telecinco. Y es que llamar fusión a lo que sucedido es ser muy generoso. Telecinco ha aplastado a la televisión del Grupo PRISA, la ha fagocitado. Se ha quedado con lo que le interesaba y la ha convertido en una cadena marginal, que irá perdiendo audiencia a borbotones. Si no lo está haciendo ya.

Cuatro nació como una propuesta diferente. Se apostaba por los espacios informativos, por los programas de reportajes. Buscaban la calidad, la excelencia de un producto que tenía una realización magnífica. Para conseguir su objetivo pusieron al frente a un profesional de reconocido prestigio (aunque criticado por muchos) como Iñaki Gabilondo.

Hoy ya no queda nada de todo eso. Algunas buenas series norteamericanas (House, sobre todo) y el vacío. El acuerdo de fusión supuso en su momento un mazazo para todos los profesionales de la cadena. Ahora, que se van concretando los detalles, muchos de ellos ya saben que se quedarán sin trabajo.

Esta semana conocíamos una pésima noticia: CNN+ cierra. No tenemos fecha definitiva, pero todo hace indicar que será a finales de año. Nació en enero de 1999 y era el primer canal de noticias producido por una empresa privada en España.

Ahora, se irá a negro. Bajo el lema Está pasando, lo estás viendo’, CNN+ ha sido el referente de la información 24 horas en España. Aparte del mencionado Gabilondo, Antonio San José, José María Calleja, Silvia Intxaurrundo, David Tejera o Concha Boo son algunas de sus caras más conocidas.

Parece que, de momento, una buena parte de la redacción de CNN+ puede acabar en Atlas, a las órdenes de Juan Pedro Valentín, aunque dentro de unos meses todo el mundo da por hecho que habrá fuertes reestructuraciones de plantilla para adaptar la fusión a los recursos humanos que el nuevo propietario, Telecinco, considere oportunos.

Como decía, una pésima noticia para todos. Sobre todo, si el «estilo» de la cadena de Fuencarral se impone. Desde hace unos meses percibo en la sección de Comunicación de EL PAÍS un interés especial por lavar de imagen de la televisión que dirige el italiano Paolo Vasile. Hoy se ha concretado esa impresión personal en su revista EL PAÍS SEMANAL. Lleva en portada a la principal estrella de Telecinco: Belén Esteban.

Un reportaje de ¡doce páginas! dedicado a la princesa del pueblo, a la que denominan «la heroína de la nueva telerrealidad rosa». Algunas frases interesantes que extraigo del texto:

Llevo diez años en televisión. Es mi trabajo. No tendré la carrera de periodista ni un master, pero tengo el cariño de la gente.

Se trata de dar espectáculo. La televisión es un show. Donde siempre hay que dar un paso adelante. Si no, pierdes tu empleo. Si no das juego, a la calle. Y llega otro.

¡Nunca hago autocrítica! Ni de coña. Al que no le guste, que cambie de canal.

Impresionante, ¿no? Así ve la televisión una de las personas que más horas ocupa en la programación de las cadenas generalistas españolas. Es un negocio, más madera.

Pero lo bonito llega con las declaraciones que hace su jefe. A Paolo Vasile se le pueden hacer muchas críticas, muchísimas, pero no se le puede llamar cínico:

Que haga compañía es el papel más importante de la televisión. Iremos al infierno (en el cielo no encontraría a nadie conocido), pero lo mejor y lo más humano que hacemos en este negocio es hacer compañía a la gente. Belén lo logra.

En Telecinco te alimentas de estrés. Hay que llegar más lejos. Ser los mejores. Sin estrés me quedo con hambre.

El fenómeno de Belén es como la película de Forrest Gump, que demuestra que las personas corrientes pueden llegar a ser protagonistas de la historia. Ella tiene una demagogia sin maldad. Es una peronista espontánea. No es que tenga grandes conocimientos, pero es inteligente, observa el mundo y lo interpreta.

Pues ya sabemos el futuro que le espera a Cuatro… Yo que tú, apagaría la televisión.

‘El Intermedio’ es un programa de humor que hace periodismo. El Gran Wyoming es un médico que acabó siendo cómico y que cada noche da ejemplo de integridad. Beatriz Montañez sí es periodista, y se nota en cada una de sus intervenciones, aunque deje a la profesión «con el culo al aire».

'El Intermedio'

'El Intermedio'

‘La Noria’ es un programa que pretende ser de debate, realizan entrevistas a personajes relevantes, colaboran periodistas «supuestamente» serios, –otros no tanto–, y quieren dar ejemplo, marcar la pauta de la actualidad. Sin embargo, practican la casquería.

Sábado tras sábado hacen el ridículo más absoluto. Son uno de los máximos exponentes de lo que se llama ‘telebasura’, y el nombre se les queda, día tras día, corto a todas luces.

Este último fin de semana Jordi González y sus tertulianos dedicaron su tiempo a hurgar en la muerte de Antonio Puerta. La hermana del fallecido intervino a través del teléfono y les humilló al máximo. Les acusó, entre otras cosas, de colaborar en el «hundimiento» de su hermano. De lucrarse con su muerte.

Ninguno de los presentes fue capaz de dar un argumento válido para rebatir esta idea. Al menos, mientras Isabel Puerta estaba en disposición de contestarles. En cuanto tuvieron vía libre, se desató la jauría. María Antonia Iglesias, Jaime Peñafiel, Isabel Durán o el propio ‘moderador’ se despacharon a gusto.

Insisto: Vísceras, sangre y malos modos. Casquería en estado puro. Me quedo con las risas, el humor y la autocrítica de Wyoming y Montañez.

Por cierto, este sábado estará en ‘La Noria’ el presidente catalán, José Montilla. Por el plató de Telecinco han pasado, entre otros, Miguel Ángel Revilla, José Blanco o Trinidad Jiménez. Políticos con responsabilidades importantes que piensan, supongo, que el fin justifica los medios. Allá ellos, pero, ¿todo vale?