Faltan poco más de 24 horas para que acabe la campaña electoral más mediocre que recuerdo. A falta de dinero que comprometer en promesas, los partidos políticos hegemónicos han demostrado también una ausencia total de proyecto. En el peor momento, la clase política se ha quedado sin ideas.

Por suerte, la sociedad no ha dicho todavía su última palabra. La movilización ciudadana que se ha producido a partir de la manifestación del pasado 15 de mayo exigiendo ‘Democracia Real Ya’, y que tiene a los descontentos, a los cabreados, a los indignados, a los parados, a los estudiantes, a los jubilados, a los pensionistas, a los desahuciados, a los hombres y mujeres de nuestro país tomando las calles y las plazas públicas, supone un cambio radical en nuestro panorama.

Por fin protestamos. Exigimos responsabilidades. Gritamos contra las injusticias. Tanto hablar de la primavera árabe, y mira tú por dónde: Tenemos nuestra propia revolución.

Los políticos de uno y otro partido no lo ven, no lo entienden. Los medios de comunicación van a rebufo. Les hemos estropeado sus magníficos informativos dedicados a la propaganda electoral. Los tertulianos dicen una tontería más grande a cada minuto que pasa.

Acusan al movimiento que ha surgido estos días de falta de propuestas. Se vuelven a equivocar una vez más pero, yo pregunto: ¿Qué medidas han tomado los ayuntamientos, las comunidades autónomas, el Gobierno central, la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional o el G-20? ¡Cómo no vamos a estar cabreados!

No se dan cuenta de que esto no tiene nada que ver con sus elecciones. Quieren que nos vayamos a casa, a reflexionar, castigados. Eso sí, quieren que el domingo vayamos todos a las urnas a cumplir con «nuestro deber como ciudadanos».

Y nuestro deber como ciudadanos está ahora en la calle. Que no nos engañen, que no se aprovechen. Estamos haciendo historia y lo saben. Tal vez no seamos demasiados todavía, tal vez estemos desorganizados, tal vez se nos vaya de las manos, pero hay que intentarlo. Ahora o nunca.


Primero trataron de silenciarnos, de minimizar nuestro impacto. Luego nos trataron con condescendencia. Ahora, asustados, quieren prohibirnos.

La Junta Electoral Central dirá misa. A mi me da igual. Si quiero salir a la calle y hablar con mis amigos, lo haré. Si quiero protestar, también. Es sintomático que consideren que la petición del voto responsable a que se hace referencia en las concentraciones pueda afectar en la campaña electoral. Opinan que influye en la libertad del derecho de los ciudadanos al ejercicio del voto.

Recuerdo que se trata de concentraciones pacíficas. Nos toman por tontos. No se pueden publicar encuestas en la última semana, cualquier acto es propenso a ser anulado por «parcial», y ahora, no quieren que nos reunamos. La Constitución sirve de poco en estos casos.

Yo propongo a la Junta Electoral Central que establezca quince  jornadas de reflexión y un día de campaña, para variar. Los mítines están llenos de convencidos que rinden pleitesía a sus líderes, que se rompen las manos a aplaudir y que vuelven a casa con el merchandising de su partido favorito. Menos mítines, mayor austeridad. ¿No se trataba de eso?

Las propuestas, el debate y la política están en la calle. Y hasta que no lo entiendan, seguiremos ahí, protestando.

comentarios
  1. The Doll dice:

    Sí señor, las palabras hacen que algo tome significado. ¡¡¡¡Ánimo!!!!
    Saludos.

  2. Gracias por participar, The Doll.

    Después de participar activamente en las protestas durante estos días, me gustaría apuntar algunas cosas:

    1. Es magnífico que después de 6 días en la calle, cada día seamos más.

    2. Las concentraciones son absolutamente pacíficas. Predomina la tolerancia y el respeto.

    3. No podemos ver a los medios de comunicación como a un enemigo, sino como a un aliado. No podemos exigir democracia real y no respetar la libertad de expresión, la libertad de información y la libertad de opinión. Recordad: Sin preguntas no hay cobertura. Todos los medios son iguales y todos merecen atención.

    4. Me gustaría encontrar de vez en cuando alguna voz crítica. Es fácil caer en la demagogia cuando se busca el aplauso fácil. Realismo frente a utopía.

    5. No podemos olvidar que no representamos a nadie. No tenemos la soberanía popular. Somos ciudadanos cabreados, sí, pero nos representamos a nosotros mismos como individuos. A nadie más. Lo contrario puede hacer «morir» al movimiento de éxito.

  3. Esto debe seguir ahora con más fuerza. Demostremos que hemos venido a la calle para quedarnos, y en Cantabria también. Te he visto en el escolar.net. ¡Un saludo!

  4. Bienvenida a Ideas Efímeras, Elena. Ahora mismo te enlazo en el blogroll.

    Y totalmente de acuerdo contigo, por supuesto.

  5. Después de tres semanas, han ido perdiendo fuerza, la ciudadanía se cansa, los informativos buscan temas nuevos, en los últimos días solo se habla de la «crisis del pepino» y también este tema está a punto de agotarse.

    Empecé a acudir a las plazas con muchas ganas, seguí y difundí el movimiento a través de redes sociales, hablaba de ello con familia y amigos… Pero la verdad es que perdí la ilusión al darme cuenta de que funcionan con una especie de burocracia infinita. Las asambleas están bien como detalle, como ejemplo de participación ciudadana, para escuchar lo que tiene que decir la gente, pero no pueden celebrarse asambleas hasta para decidir cuándo se celebrará la siguiente asamblea!

  6. Javier Tuanama Valera dice:

    Estuve buscando información respecto a la campaña de INICIATIVA CIUDADANA y me encontré con este interesante blog. Felicitaciones a su creador y necesito tener información actualizada sobre este tema. JAVIER

  7. Javier Tuanama Valera dice:

    Me parece que quienes están al frente de INICIATIVA CIUDADANA deben hacerse más público,porque así es como se irá enriqueciendo el debate sobre un tema especíifico: elecciones para asamblea constituyente.

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